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Édgar González se restaura

Luego de pasar 10 temporadas en Grandes Ligas, el peor registro de derrotas en la carrera de Édgar González se suscitó el año pasado...

CIUDAD DE MÉXICO, julio 20 (EL UNIVERSAL).- Luego de pasar 10 temporadas en Grandes Ligas, el peor registro de derrotas en la carrera de Édgar González se suscitó el año pasado en su primera aventura completa en la Liga Mexicana de Beisbol.

Vistiendo la franela de los Sultanes, el neolonés cargó con 12 reveses y efectividad de .490. Números que ha revertido esta temporada y la razón es que el dolor de espalda que lo aquejó ha desaparecido para permitirle desenvolverse con la comodidad que necesita en la loma.
“En 2015 fue mi primera temporada completa en la Liga Mexicana. El año pasado batallé mucho con la espalda y eso se notaba en mi forma de lanzar y ahora paso por un buen momento que espero ayude a los Sultanes a ser campeones”, sostuvo González.

Con 10 triunfos, un descalabro y ERA de 2.72 en la actual temporada, Édgar no ve imposible regresar a Grandes Ligas y revela que hace unas semanas tuvo una oferta para ir al beisbol japonés, que rechazó.

“Tengo 33 años, mi brazo aún está fuerte y fresco, sigo manteniendo velocidad de ligamayorista. Hace unos días hablé con unas personas de un equipo asiático que me quisieron llevar, pero por ahora estoy comprometido con los Sultanes para conseguir el título”, señaló.

En 2010, el derecho se convirtió en el segundo mexicano en jugar en la liga de Corea del Sur, con los LG Twins. Desgraciadamente al regiomontano no le fue como esperaba, principalmente por “no tener la madurez que necesitaba para enfrentarme a otra cultura y forma de ver la vida y el beisbol”.

El 5 de julio pasado, en su visita al estadio Fray Nano, Édgar tuvo la oportunidad de compartir unos minutos con el venezolano Eliezer Alfonzo, con el que entabló una amistad desde 2006 cuando lo enfrentó vistiendo el uniforme de los Giants de San Francisco y el mexicano pertenecía a los Diamondbacks.

“Con Eliezer tengo una bonita amistad, primero como rivales y luego como compañeros en Colorado. Me da mucho gusto volverlo a ver sabiendo que sus hijos siguen sus pasos de beisbolista. Yo los conozco desde bebés y recordar todo lo que vivimos me pone feliz”.