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Pumas y América empatan en la ida de las semifinales

El atacante de América, Roger Martínez falló un penalti en el segundo tiempo

El Universal

Todo estaba a favor del América, aunque Pumas dominaba su portero Agustín Marchesín lo tenía vivo en la eliminatoria.

Y además, el VAR jugó a su favor. Luis Enrique Santander no tardó mucho en ir a checar la pantalla. Unas manos dentro del área. Con elegancia y soltura corrió más allá del medio campo, hizo la señal de la pantalla y señaló hacia el área de penalti con silbatazo de adorno.

Penalti a favor del América. Todo se derrumbaba para Pumas. El juego estaba empatado a un gol.

No, no lo tiró Henry Martín, menos Guido Rodríguez ni siquiera Emanuel Aguilera.

Quién tiró fue quien menos méritos tenía, Roger Martínez, el colombiano que ha pasado de noche en Coapa. El Pollo Alfredo Saldívar lo puso nervioso, bailó en la línea del área y en respuesta el delantero se la entregó en las manos.

Si América no pasa a la final mucho tendrá que ver esta decisión de Miguel Herrera, darle esa responsabilidad a su peor delantero fue un error, error grave y que puede ser letal.

El empate a uno favorece a las Águilas por la tabla y el tanto de visitante, pero en lo que a juego se refiere Herrera no puede estar tranquilo. Si no perdió fue por Marchesín y si no ganó fue por Martínez.

Todo se decidirá en la vuelta, en el Azteca, pero a pesar de la ventaja que da la tabla los de Coapa no pueden estar tranquilos. Ayer fueron superados por los Pumas que igual pueden hacerle juego en la vuelta.

Todo puede pasar en Liguilla.

 

Cuando se dio a conocer la alienación, todos sabían que por la derecha Diego Lainez atacaría a Víctor Malcorra. La ecuación era sencilla, un extremo experto en atacar, contra un volante convertido en lateral.

El joven esperó con paciencia, mucho pedir para un mozalbete. Aguantó los primeros 20 minutos de presión universitaria hasta que le llegó el balón, le llegó el espacio, le llegó la oportunidad. Desborde por la derecha, Malcorra no alcanza al niño americanista, el central Luis Quintana no lo cierra y el portero Alfredo Saldívar descubre su poste.

Gol, el plan de Miguel Herrera había dado resultado.

 

Eso sí, Pumas no se desanimó, no se hizo chico. Ante la adversidad se creció. David Cabrera y Andrés Iniestra se colocaron a las espaldas de Guido Rodríguez y Mateus Uribe, Pumas de posicionó fuera del área americanista y probó a Agustín Marchesín. A contrapié detuvo un disparo de Carlos González y con vuelo espectacular desvió el esférico proyectado por Malcorra. Después vino el tiro-centro de Alan Mozo que casi lo techa y enseguida el mano a mano que Mora desperdició echando la pelota por un lado.

Y si Herrera se dio cuenta de que Malcorra era el punto débil de la defensa de Pumas, David Patiño supo que su equipo debía atacar por el lado de Luis Reyes. El Hueso no ha tenido un gran torneo, baja de juego y lesiones hizo que su titularidad estuviera en duda, el ponerlo en este juego en lugar de Jorge Sánchez no fue la mejor idea del Piojo. Por ahí había oportunidad, hasta ahí llegó Alan Mozo. El joven universitario le hizo mil fintas al americanista que lo marcó a la distancia, la suficiente para que centrara a la llegada sorpresiva de Martín Rodríguez quien fusiló a Marchesín.

América perdió lo poco que había ganado en la primera parte. Guido se contagió de la instrascendencia de Mateus, Lainez volvió a ser intermitente en tanto que Roger Martínez no agarraba ni una pelota. El único que se mantenía en nivel era el portero argentino, quién como en el primer tiempo salvó a sus Águilas de otra catástrofe.
Vino la polémica. El VAR al fin se revisó, al fin funcionó, Santander lo checó y lo marcó.

Vino el tiro displicente de Martínez y todo acabó. Hubo jugadas en ambas porterías, Saldívar salvó, Marchesín también, pero en la mente de todos quedará esa falla, ese disparo desde los once pasos que seguro tendrá consecuencias y si América no pasa a la final será culpa de Roger Martínez