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Breve historia del Xalapa FC que participó en la década de los 80´s en la Tercera División

Ese mayo de 1984 el Xalapa FC tuvo un día convulsionado, increíble tal vez que pudo llegar a la tragedia. Para muchos una experiencia...

Por Julián Rodríguez

Ese mayo de 1984 el Xalapa FC tuvo un día convulsionado, increíble tal vez que pudo llegar a la tragedia. Para muchos una experiencia que quedó grabada en sus mentes porque con toda seguridad ningún representativo xalapeño vivió algo similar o siquiera que se la parezca.

El último partido del llamado “Equipo del Pueblo” o La Naranja, apodos que se ganó por los escasos recursos con los que se manejó y por los colores de su uniforme, se jugó en Puente de Ixtla, conjunto que estaba obligado a ganar para avanzar a la liguilla.

El plantel xalapeño vivió un día diferente desde que se trasladó al estado mexiquense, ya que previo a llegar a su destino el camión que los trasladaba sufrió un corto circuito y en cuestión de segundos las llamas empezaron a envolverlo. Todos salieron corriendo despavoridos porque el vehículo podría explotar. Hasta por las ventanillas huyeron algunos jugadores.

Por fortuna entre todos lograron sofocar el fuego, pero tuvieron que abordar algunos vehículos para llegar a la hora al estadio donde se jugaría el encuentro.

Cuando llegaron los jugadores fueron recibidos con todo tipo de improperios por cientos de aficionados del Puente de Ixtla. Hasta arriba de los vestidores que ocupaban había seguidores del equipo de casa, pero a los xalapeños nada los hizo temblar.

Antes que arrancara el partido, miembros del equipo local abordaron al entrenador xalapeño Juan Martínez Lobato. La propuesta fue abierta y clara: “Déjense ganar y les daremos lo que quieran”.. Pero Juanito Martínez nunca se caracterizó por la deshonestidad y rechazó la oferta diciendo “si nos van a ganar háganlo en el campo”.

Y sí, los locales ganaron 2-0, y fue suficiente para instalarse en la “fiesta grande”.

Esa fue una de las muchas anécdotas de un equipo que si bien no fue tan grande, es uno de los representativos que ha tenido Xalapa en el futbol profesional, en aquellos tiempos en los que sólo existían tres divisiones y no como hoy que hay tantas dentro del terreno profesional y del sector aficionado.

El sobrenombre del “Equipo del Pueblo” se debe a que no contaba con una base sólida en lo económico para su manutención, incluso su creador y fundador, el profesor Jaime Torres Arenas, nos mostró que amaba tanto al futbol que para sostener al equipo se deshizo de algunos bienes.

De hecho, durante algunos de sus viajes los jugadores comían tortas o pasaban por los lugares a orillas de la carretera a comer antojitos, pero eso no importaba, los lujos o comidas privilegiadas no eran para ellos, aún así disfrutaban el pertenecer a ese equipo pese a que también muchos de ellos no recibían un salario, aunque tampoco sacaban de sus bolsillos para pagar desde registros hasta arbitrajes, como estilan hoy muchos equipos en este circuito de ascenso.

La grandeza de esta escuadra no fue por sus logros sino por la gente con la que contaba. Estaba integrado por jóvenes jugadores de la capital veracruzana que surgieron de sus muchos barrios como Dique, la Progreso, Colonia Federal, Xicoténcatl, Azcárate, Betancourt y San Bruno, entre otros.

Entre sus jugadores están los porteros Omar de la Rosa y Javier Acosta, el segundo un adelantado a su época, un Jorge Campos a la xalapeña, que jugaba bien en el arco como en la delantera. En la defensa desfilaron el “Diablo” Efraín García y su inseparable compadre Gilberto Uscanga el ‘Jarocho», mientras que en las laterales despachaban Gustavo López el “Pichi», Heladio del Juncal y el «Maravillas» Humberto Salazar, este un personaje del que comentan lamentablemente tuvo un final trágico durante un asalto en Puebla, pero esa… esa es otra historia.

El mediocampo estaba compuesto por el “Huevo” Othoniel Montano, José Arrioja el “Bwana”, José Álvarez Medel y la “Rata” Raúl Fernández, el último considerado uno de los mejores en su posición por su visión de campo y calidad, incluso de los que pudo llegar indudablemente a la Primera División.

En la delantera figuraban el “Piro” Ezequiel Aguirre, oriundo de Villa Isla, “Polo” Toral, el “Chaplins” Enrique Barragán y Agustín Velázquez.

En el plantel también desfilaron el “Gallo” Agustín Zepeda, orgullo de Teocelo, Sanz, José Luis Couteño, Guillermo Landero, el “Pipinha”, Efraín Villa, Dario Landa, Yuchristi, José Luis Cornejo, Armando “Titi” Sánchez, Jesús Rodríguez, el “Wendy II” Jesús Rodríguez”, Joaquín Espinoza, Nahún “Pambazo” Landa, Cadena Mascorro, Mario “Cuate” Pardo e Ismael “Maye” García Méndez, entre otros.

En el tiempo que duró tuvo como entrenadoers a Gerardo Arcos, Mario “Chartchai” Morañes y Juan Martínez, mientras que en la gerencia estaba el muy conocido Mario Santés Álvarez.

Y así terminó la vida de un equipo que si bien no figuró como otros en ese circuito de ascenso, representó al balompié local con orgullo y dignidad. Y su historia, leyenda y vida es algo que nadie me contó… ¡yo la viví!

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Defendió a la capital veracruzana.