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Viven en el paraíso y verán al Tricolor

Se llama Efraín, el apellido es lo de menos, puede ser Sánchez, López, Martínez. A él le gusta que le digan Efra. Es de...

LAS VEGAS, EU., febrero 8 (EL UNIVERSAL).- Se llama Efraín, el apellido es lo de menos, puede ser Sánchez, López, Martínez. A él le gusta que le digan Efra. Es de Guadalajara, al igual que su mujer, Lolis, que evidencia su terruño con unos lindos ojos tapatíos.

Tiene dos hijos, Jatziri y el tremendo Efra Junior. Ambos nacieron aquí, en Las Vegas, y nunca han pisado suelo mexicano. Pero le van al Tri, a la Selección Mexicana.

Viven en el paraíso, y no porque esta sea la “Ciudad del Juego, del Pecado”.
“Aquí Trump no pasa”, dice convencido Efra, mecánico de profesión. Tiene 45 años, más de la mitad de su vida la ha pasado aquí, de Guadalajara ya poco se acuerda. “Este es un estado demócrata, las políticas de Trump no pasan aquí”, reitera convencido de que tiene el poder, a pesar de que sea un inmigrante y haya llegado a este lado del país como un ilegal más.

—¿Y por qué dices que aquí es el paraíso?
“Vivimos muy bien. Tengo más tiempo aquí que en Guadalajara. Hay menos mexicanos que en California, pero aquí hay más posibilidades de superarse, tener un negocio, tener una casa. Se vive de lo mejor”.

El pequeño Efra no suelta su balón y quiere que se le note la camiseta verde con el número 14 en la espalda, el del “Chicharito” Javier Hernández, quien lamentablemente no está convocado para este juego…

—¿Aquí no hay temor por Trump?
“No. Malinforman a las personas. Aquí no va Trump. El estado es demócrata, no hay racismo. Hay un senador, Rubén Kihuen, que tiene historia de inmigrante, ganó el estado de Nevada… Quizá haya [razias], pero no como en otros lados. Aquí se vive bien… Aquí no va Trump”.

Lolis sólo ríe, no quiere hablar, deja que su esposo sea el protagonista de la historia, que tendrá un final feiz… “Sabes, mi papá llega mañana [miércoles], viene a visitarnos y sólo a ver el juego el Tri. Le va a las Chivas del Guadalajara y nunca ha ido a un estadio. Él se sabe la historia del campeonísimo… Cómo son las cosas, viajar tanto, fuera del país, para ver a su Selección”.

Michael quiere ver al Tri. Obligó a su madre Socorro que faltara a su trabajo para llevarlo al hotel de concentración. Gusto culposo, dicen.

Socorro vino de vacaciones a Las Vegas hace 15 años, y se quedó en este paraíso: “La vida es muy buena, es un poco difícil ahora por el presidente, pero buscándole y sabiendo algo de inglés es fácil”.