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Valentina es ignorada en el paisaje futbolero

También hay necesidad de solventar la operación de una pequeña niña que el viernes cumplirá dos años. Valentina Eleonor Gaona padece parálisis del plexo...

El Universal
Existe fervor, pasión por Rayados en el estadio BBVA Bancomer. Seguridad, porras, banderas albiazules ondeantes en el cielo regio y una que otra playera del América que se cuela en el paisaje futbolero de Monterrey.

También hay necesidad de solventar la operación de una pequeña niña que el viernes cumplirá dos años. Valentina Eleonor Gaona padece parálisis del plexo braquial y retraso psicomotor. Requiere una cirugía que haría un neurocirujano argentino, valuada en 450 mil pesos. Costo que obliga a sus padres a pedir cooperación afuera del recinto norteño, el cual es digno del primer mundo y el siglo XXI.

“Es algo que no podemos pagar por nosotros mismos. Estamos aquí para pedir ayuda. Se sabe que la gente mexicana es muy solidaria, cualquier moneda es bienvenida”, explica la madre, Karina López.

“Tenemos que pagar hasta boletos de avión, porque hay que ir a Sudamérica para que le hagan la cirugía, pues sólo en Argentina hay un especialista que puede tratar a mi niña”, expone.

Algunos fans albiazules se acercan a depositar monedas en las alcancías que tienen la fotografía de la niña que solicita ayuda. Otros aficionados, quizá más centrados en lo que es el duelo de semifinal de vuelta entre Monterrey y América, pagan hasta mil 800 pesos en la reventa por adquirir un pase para ingresar al coso regiomontano.

El glamour que implica estar dentro del inmueble, ser parte de un mosaico espectacular, contrasta con las necesidades médicas de Valentina. En las gradas se muestran unas cartulinas con los colores del club local y la leyenda “En casa jugamos 12”.

Se nota un ambiente alegre, colorido y encendido. Hay vida dentro de la modernidad del coso. La elegancia del novedoso estadio Rayado asombra a los visitantes. Es de los recintos más funcionales del continente, por el privilegio que da a los espectadores.
Afuera del coso, Valentina pide cualquier moneda que le ayude a mejorar su calidad de vida.