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Las Chivas sacan boleto, pero Almeyda se va molesto

Los Esmeraldas rescataron un punto para mantenerse de lleno en la lucha por lugares de Fase Final

CIUDAD DE MÉXICO, noviembre 6 (EL UNIVERSAL).- Tenía muchas ganas de irse al vestuario para desahogar su furia, por lo que Matías Almeyda se metió por el enorme gusano que protege a los futbolistas en cuanto escuchó el silbatazo final del joven árbitro Marco Antonio Ortiz.

Sí, el Guadalajara logró el boleto a la Liguilla, mas el entrenador argentino tenía varios motivos para apretar la mandíbula y asomar frustración por los ojos.

Agridulce empate para las Chivas (1-1), que clasificaron a su segunda fase final consecutiva -lo que no ocurría desde hace un lustro-, pero el “Pelado” está consciente de que pudieron salir con todo el botín del estadio León.

En contraparte, se fueron con una sufrida igualada, dos tarjetas rojas y otra desafortunada experiencia con los penaltis.
Eso explicó que sus reclamos al silbante fueran tibios, por más que la expulsión a Carlos Salcido -en tiempo de compensación- fuera injusta.

El capitán del Rebaño Sagrado vio su primera amarilla por la inexistente falta sobre Diego Novaretti que terminó en el penalti cristalizado por Mauro Boselli para la igualada (83’) y la segunda a causa de ganar tiempo en la reanudación del juego.

Para entonces, ambos equipos ya habían sucumbido en la batalla de los sentimientos con el juez, quien también se equivocó en mostrar el cartón carmesí a Leonel López (13’), volante de contención de La Fiera, decisión que marcó el rumbo del juego.
El Guadalajara se adueñó completamente del esférico gracias a la superioridad numérica, aunque volvió a mostrar falta de sangre fría a la hora cero.

Aquel veloz contragolpe que encabezó Isaac Brizuela y finalizó Javier Eduardo “Chofis” López (24’) fue el único motivo de celebración para los miles de aficionados rojiblancos asistentes al hogar de los Panzas Verdes.

El habilidoso chico pudo ser el héroe de las Chivas, pero se volvió a equivocar desde el manchón. Orbelín Pineda amagó con ejecutar el penalti señalado por una falta de Maximiliano Moralez sobre Edwin Hernández, pero el ‘10’ del visitante solicitó el esférico. Falló.

Su ejecución fue desviada por el meta William Yarbrough (62’).

Aún en inferioridad numérica, el León se aferró a lograr esa unidad que le mantiene con opciones de participar en la “Fiesta Grande” del balompié nacional, a la que el Guadalajara ya está invitado, aunque su director técnico tiene varios motivos para estar molesto y preocupado, porque el dominio no bastará en la Liguilla si no anotan.