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Atlas y América empataron en el Jalisco.

En la Fecha 17, los jaliscienses visitarán a Chiapas; los capitalinos viajarán a la Bella Airosa.

CIUDAD DE MÉXICO, noviembre 6 (EL UNIVERSAL).- Fue la forma más bella de clasificarse a la Liguilla. Gol artístico para empatarle al Atlas (1-1), que Silvio Romero gritó furibundo para que el América clasificara a su décima Liguilla consecutiva.

Una volea ante la contemplación de tres zagueros rojinegros, que se incrustó en la portería. La posición del cuerpo del “Chino” y la ejecución precisa e inclemente alivió los corazones azulcrema.
También salvó el invicto de Ricardo La Volpe como entrenador de las Águilas, el cual ya suma nueve encuentros.

“Vengo agradeciendo que decían que algún partido iba a perder este América y seguimos sin perder”, presumio el “Bigotón”, en conferencia de prensa, tras el partido.
América piensa en su estrella 13, la que salvaría un centenario con pasajes amargos para la institución a nivel deportivo y operativo.

La Liguilla servirá para los de Coapa para olvidar la eliminación copera ante Chivas y la falta de un partido “grande” que sirviera para la celebración del siglo de fundación.
El punto rescatado en el estadio Jalisco por el artillero argentino representó para los americanistas aprovechar que Guadalajara le fue a empatar al León.
Resultado que agradecieron los emplumados, porque los Panzas Verdes ya no pueden alcanzar al club de Coapa. Los 27 puntos alcanzados en el Apertura 2016 ponen a las Águilas a pensar en los a cuartos de final.

Ante Pachuca, después del parón de la Fecha FIFA, irán por mejorar su posición para recibir el partido de vuelta en casa. Aspiran a un tercer lugar, aunque también pueden caer a los puestos bajos de la Fiesta Grande.

Acceder a la disputa por el título fue más complicado de lo esperado para el “Ame”. El Atlas puso contra la pared a los visitantes en la primera parte. Los Zorros pudieron concretar un par de anotaciones en la primera mitad. Pero su falta de tino sólo les permitió marcar un gol.

Un centro largo y pasado fue rematado de cabeza por Edson Rivera. Su definición fue abajo y cruzada para que Moisés Muñoz no pudiera detenerlo. El esférico se fue a las redes pegado al poste.

La justicia se hizo presente en el marcador. Sin embargo, poco a poco los rojinegros comenzaron a replegarse, lo que permitió que el trámite del partido comenzara a teñirse de amarillo y azul. América despertó con ideas renovadas.
Las Águilas perdieron a José Daniel Guerrero por una lesión y La Volpe optó por colocar en su lugar a Gil Burón.

En la segunda mitad, el técnico argentino sacó a su amuleto, Michael Arroyo, para darle su lugar a Carlos Rosel. Modificaciones que le permitieron a los emplumados aumentar su acoso ante el complaciente Atlas.

Renato Ibarra, un demonio alado para la zaga tapatía incrustó un balón en el poste. La pelota, caprichosa, entregó su rebote hacia afuera para frustrar a los capitalinos, que lucían desesperados.

El propio Ibarra, cuando la recta final del partido era amenazante, encontró la manera de enviar un centro a Silvio Romero.
El argentino empalmó el balón con elegancia y maestría para igualar el encuentro al minuto 84; la tranquilidad volvió para el América, porque el gol significó una unidad valiosa, la que pone al americanismo a soñar con su estrella 13 en el semestre de su centenario.

Décima Liguilla consecutiva para las Águilas. En esta ocasión, el título es una obligación irrenunciable, ineludible.

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