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Cruz Azul deja casa de las maldiciones

Los cementeros se presentan en el Coloso de Santa Úrsula, que los albergaría de manera temporal

Pedro Caixinha está igual o más emocionado de presentarse en el Estadio Azteca que cualquier aficionado del Cruz Azul.

El técnico portugués caminó sobre el nuevo césped híbrido del Coloso de Santa Úrsula con la cara en alto. Miró hacia arriba —ignoró el escudo del América en las gradas— y suspiró. Su equipo tiene un aire fresco para arrancar con el pie derecho el Apertura 2018.

Las burlas de un estadio maldito quedaron atrás. Desde hoy, la sensación de éxito regresa a La Máquina, que se sabe seria candidata al título.

“Un cambio de casa siempre impacta, es el seno de una familia. Cuando haces un cambio tan importante, te motiva”, dijo.

“Dejamos el Azul, sin mucho éxito, hablando de trofeos, y regresamos a una casa que hizo feliz a muchos” añadió.

Retornar al recinto de Tlalpan, donde el club conquistó cinco de sus ocho títulos, es la oportunidad que Caixinha buscaba. Con su presentación de esta tarde, ante el Puebla, el Cruz Azul reencontraría su identidad y, en un futuro no muy lejano, una estrella más en Liga, que no llega desde 1997.

Los jugadores pisaron ayer el campo del Azteca para la fotografía oficial y el último entrenamiento previo al arranque del certamen. Sonrientes, con decenas de balones y rostros de felicidad, los futbolistas dejaron los pensamientos negativos en el inmueble de la colonia Nochebuena.

La última campaña que los de La Noria jugaron como locales en el Coloso de Santa Úrsula fue la 1995-96. Después de un cuarto de siglo y cinco campeonatos, la directiva rentó el Azul para fortalecer la imagen del equipo, sin conocer lo que sucedería.

Poco más de dos décadas en la Nochebuena y con un título de Liga (la final de vuelta se disputó en León), La Máquinaregresa, con intención de recuperar el amuleto que perdió hace poco más de un par de décadas.

Tecnología verde. Cruz Azul estrenará el pasto híbrido que incorporó la administración del Estadio Azteca.

Para Caixinha es un paso adelante con el fin de modernizar el futbol mexicano, aunque todavía falta que el césped esté en las condiciones óptimas para jugar, mas no será excusa.

“La organización de la cancha sigue trabajando. Por supuesto que no está al 100%. Para el resultado final, nos da igual que sea arena o cualquier otra cosa. Tenemos que ganar”, dijo el director técnico portugués.

También aplaudió la incorporación de la tecnología, por lo abarrotada que estará la agenda en el Coloso de Santa Úrsula.

“En este estadio jugarán tres o cuatro equipos por año [América, Cruz Azul, femeniles y la Selección Mexicana]. Se debería tener una coordinación con el CAR, porque piensan que la tenía, pero no. Hay que empezar por estas cosas”, finalizó.