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Camada foránea invade a México

Otra nueva camada de jugadores extranjeros ha llegado a México con el objetivo de hacer “más espectacular” a la Liga MX.

CIUDAD DE MÉXICO, enero 7 (EL UNIVERSAL).- Otra nueva camada de jugadores extranjeros ha llegado a México con el objetivo de hacer “más espectacular” a la Liga MX.

Desde antes de que la regla 10/8 hiciera su aparición, los foráneos comenzaron a invadir los clubes mexicanos, y ahora que hay libertad casi absoluta, la cifra aumenta.
Hasta el momento, ya que el cierre de registros para futbolistas que vienen de fuera de México es el 30 de enero, han arribado 23 jugadores nuevos, nuevas caras que deberán convencer de que no vienen sólo a ocupar un lugar más en detrimento del jugador formado en el país.

Aunque el número de jugadores chilenos en el futbol nacional se ha incrementado, es Argentina el país que vuelve a levantar la mano como líder en contrataciones. Para este Clausura 2017 llegaron 10, por cuatro andinos. Uruguay y Ecuador aportan dos, en tanto que con uno están Paraguay, Colombia y Costa Rica.

El jugador más exótico en arribar fue Clifford Aboagye, proveniente de Ghana, nueva contratación de los Rojinegros del Atlas.

Hasta ahora no hay ninguna “bomba”, esas contrataciones que hacen ruido y que elevan al futbol mexicano a un plano astral en cuanto a expectativas y hace sentir a los clubes que están en una dimensión más cercana a los grandes equipos de Europa.
Ahora, para el Torneo de Clausura 2017, llegaron jugadores con nombre en Sudamérica, pero nada que pueda romper la Liga MX, como Martín Cauteruccio y Ángel Mena de Cruz Azul, Nicolás Castillo de Pumas, o Juan Cornejo de León, pero también hay jóvenes promesas a los que se les ha apostado a futuro. Son los casos de Christian Paredes del América o Martín Rodríguez de los cementeros.

La Liga MX, más llena de extranjeros que nunca, apenas arranca. Hay nuevas caras en las cuales está cifrada la esperanza de que habrá espectáculo, habrá calidad y que alguno de estos equipos no los mantendrá con una “beca” en la banca ante la desilusión de sus técnicos y el regocijo de los promotores que lograron colocarlos.