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Busca recuperar dignidad arbitral

Edgardo Codesal pretende que los silbantes mexicanos retomen su nivel

El Universal

Está en el ojo del huracán. Su vuelta a la Comisión de Árbitros, la cual sirvió para aplacar la rebelión orquestada por los silbantes en contra de los anteriores instructores, lo regresó a su pasión, la misma que lo llevó a dirigir la final de la Copa del Mundo de Italia 1990: Argentina-Alemania.

Hoy, Codesal está de vuelta y buscará que los árbitros sean tratados con dignidad y den buenos resultados: contra todo y contra todos, “porque para eso estamos aquí”.

—¿Cómo ha encontrado a los árbitros, en su regreso a la Comisión?

“Apenas estamos haciendo un diagnóstico. Nos va a llevar tiempo, pero el trabajo, el torneo está en marcha y hay que dar resultados. No podemos decir que ahora estamos sólo observando, cuando los equipos ya se están jugando todo semana a semana”.

—¿Pero en algo hay que trabajar con urgencia?

“Hay que romper una inercia de problema anímico, mental. Hay que cambiar esa inercia y ponerlos a trabajar y que trabajen los 90 minutos que le correspondan a cada quien. Analizamos con ellos jugada por jugada, les decimos qué hicieron bien y qué hicieron mal y les decimos cómo pueden mejorar juego a juego”.

—¿Están en crisis?

“No me gustan esas palabras que etiquetan situaciones: crisis, fracaso, ni los clubes utilizan esos conceptos. Creo que en este momento se necesitaba un cambio en la parte de instrucción para que ellos tengan la tranquilidad de olvidarse de lo anterior, de lo que haya pasado y preparar con mucha tranquilidad su partido, sus 90 minutos”.

—Han pasado tres jornadas, ¿cómo califica el trabajo de los árbitros?

“En nueve juegos cada fecha, siempre vamos a encontrar polémicas y eso pasa hasta en los mejores arbitrajes del mundo, pero también hay gran cantidad de aciertos. En tres jornadas, la mayoría de los trabajos de los asistentes han sido extraordinarios. Hablamos de dos jugadas que son ‘televisivas’, pero hay otras jugadas en donde las decisiones son geniales, que a primera vista y me incluyo, parecían fuera de lugar. En esta profesión, las buenas no las cuentas y las malas se magnifican. Repito, sólo hay dos ‘fallas’ que son televisivas y para mí no cuentan. Los asistentes han sido brillantes”.

—¿Y los centrales?

“Sí, han tenido errores. Hay un par de juegos en donde ha habido fallas, pero nada de horrores, sí errores. No han ocurrido cosas trágicas y yo no escandalizaría tanto las situaciones. Hemos mejorado, sin dejar de reconocer que hubo un par de jugadas en donde no se tomaron algunas decisiones buenas”.

—¿Hay muchas reclamaciones de parte de los clubes?

“Sí, pero las fallas han sido magnificadas más de lo normal. Vi muchas cosas desde afuera, pero nunca vi tanta reacción de la prensa. Definitivamente, el hecho de que yo esté sentado aquí hace que sea mediático todo, pero nos hemos abierto a la prensa, porque creemos que hay derecho a informar y transmitir a los aficionados qué opinamos y qué pensamos de cada jugada. Creo en la apertura, que tienen derecho a la información, y es que antes no existía, pero al no existir, nadie decía tantas cosas. Pero repito, cada jugada se ha magnificado, han exagerado muchas y otra son televisivas y esas no me ocupan tanto”.

—¿Los ataques a la Comisión son ataques personales para usted?

“Puede haber algunos que sí, no soy monedita de oro para caerles bien a todos. Hay gente que no le gusta que estemos aquí… Yo vine a trabajar en la cancha, en el aula, a viajar a las sedes para estar con los árbitros en todas las delegaciones. Estamos quitando muchas telarañas, pero el trabajo no sólo es para la Primera División, hay que mirar para abajo, trabajar en Segunda, Tercera, en el Ascenso. Hay 700 árbitros y llegar a todos no es fácil. Los cambios no pueden hacerse en un día”.

—¿La Liga le ha querido imponer designaciones o cambiarlas?

“Soy respetuoso de los reglamentos. Jugamos futbol, porque estamos afiliados a la FIFA y ella a la International Board, que marca las reglas y éstas hablan de que ninguna Liga puede tener injerencia en la Comisión de Arbitraje de cualquier país, esa es potestad de la Federación y la Federación no ha presionado en lo absoluto. Hasta ahora, nadie me ha presionado para un cambio, y si lo hacen, no lo aceptaría, entonces para qué sirvo. Sería como un técnico de futbol al que el presidente le quiere poner los 11 titulares”.

—¿La Liga no se puede acercar u opinar sobre los árbitros?

“Se pueden acercar, opinar, tienen todo el derecho de hacerlo, traer inquietudes, hablarnos sin problema, lo cortés no quita lo valiente, tienen derechos, pero hacer designaciones o quitarlas… no, y no lo han hecho. Mientras yo he estado, no ha pasado”.

—¿Se acabaron vetos y dedazos? En este momento ¿a quién le son fieles los árbitros?

“A las reglas de juego. Independientemente de las personas que estén y dónde estén, ellos deben seguir un reglamento, ese es el espíritu del juego. Ellos deben aplicar las reglas, no importa la camiseta, o lo que se jueguen en un partido. Ellos deben marcar al minuto que sea, ellos no deben pensar en las personas… Deben hacer que se cumpla el reglamento”.

—¿Les gustó que usted llegara?

“Se sienten más relajados. Ellos querían gente con experiencia en la instrucción y otro trato. Yo aplaudo las buenas y señalo las malas. Esto es muy similar a un equipo de futbol. El técnico se encierra a piedra y lodo para hablar y eso hago yo”.

—¿El arbitraje ya no es político?

“No, esto es deportivo. Hay que partirse el lomo para tener un buen trabajo. Independientemente de lo que pase, debes ir a trabajar. El medio ambiente pesa, no viven en la luna, pero al momento de estar en el rectángulo deben dejar fuera todos los problemas que tengan”.

—¿Codesal regresó para quedarse?

“No sé qué vaya a pasar mañana, pero trabajo como si fuera el último día de mi vida”.