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Amor por el futbol y por la camiseta

El amor al futbol perdura en el jugador.

Rodrigo de la Mora
CIUDAD DE MÉXICO, febrero 14 (EL UNIVERSAL).- El amor al futbol perdura en el jugador. La pasión por practicar su profesión no se extingue y da todo por ello, pero también está el cariño por la camiseta que defiende, sentimiento que para algunos futbolistas prevalece, pero que hoy se complica por los constantes cambios al pasar de un club a otro.
En el marco de este 14 de febrero, del Día San Valentín, los protagonistas de la cancha opinan sobre su vínculo con el futbol y la camiseta.

Alejandro Palacios, portero de los Pumas, fue formado en la cantera auriazul y toda su vida ha defendido la camiseta universitaria. Para él hay amor por los colores en los que se infunda cada semana, pero advierte que poco a poco se está perdiendo este sentimiento por los constantes cambios de equipo que el jugador tiene.

“Sí, todavía hay pasión por la camiseta, pero cada vez menos, la verdad”, declara con orgullo y sonríe, mientras los aficionados pumas lo abordan para pedirle una foto y un ansiado autógrafo en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad De México (AICM), antes de viajar con su equipo.

“Hoy en día el futbol tiene una dinámica diferente y se da la situación en que los futbolistas cambiamos o cambian cada año o cada seis meses de equipo, así que no generas la misma identidad ni el mismo compromiso”, sentencia “Pikolín”, quién debutó en 2003 con el primer equipo de la Universidad.

Palacios es de los pocos jugadores del plantel que lleva tiempo en la institución de la Máxima Casa de Estudios; respira y siente los colores de Pumas.

“Afortunadamente he tenido una carrera larga aquí en Pumas, soy universitario y conozco perfectamente la institución y eso te hace que tengas mayor compromiso con este club y con los aficionados”, refiere el guardameta, al momento de recibir muestras de cariño de los fans que aguardaron durante horas la llegada del conjunto de la UNAM en el AICM y accede de manera amable a las peticiones.

El técnico de futbol José Luis Sánchez Solá, “El Chelís” (Puebla, Correcaminos, Mérida), difiere en el cariño por la camiseta, pero sostiene que hay pasión por lo que uno hace, en este caso el futbol.

“Hay amor a lo que haces, pero a la camiseta no lo creo”, contesta de manera inmediata y sin rodeos. “Casi nadie nació con la camiseta que representa, pero a tú profesión si hay apego”, declara al momento de subir a su autobús el ahora técnico mexicano.

Martín Bravo, delantero de Tiburones Rojos del Veracruz y ex jugador de Pumas, Dorados, León y Santos, sostiene que el cariño por la camiseta perdura, pero se complica mucho.

“Sí hay adoración por la playera, se ha perdido mucho, pero existe. Hay jugadores que defienden los colores donde nacieron, en los equipos que están, y pienso que todavía debe estar ese amor”, afirma “La Rata” Bravo, para EL UNIVERSAL, en los pasillos del AICM, donde algunos curiosos preguntan quién es y otros le muestran fotos para que le firmen enfundado en la casaca de los Pumas.

Por otro lado, el defensa de los Tiburones, Antonio “Pollo” Briseño, profesa que sí hay pasión por segunda piel en la que se enfunda y como consecuencia al futbol, pero que siempre debe ser profesional, ya que el jugador tiene la necesidad de llevar dinero a su casa.

“Sí hay adhesión por la camiseta, para mí sigue existiendo”, contesta Briseño, nacido de las fuerzas básicas de Atlas.

“Evidentemente uno siempre trata de jugar por una profesión, por llevar dinero a tu casa, al final de cuentas todo empieza por el cariño a la camiseta y al futbol”, afirma el campeón del Mundo Sub-17 en 2011.

“El Pollo”, que en su carrera futbolística ha militado en otros clubes como, Tigres y Bravos de Ciudad Juárez, sabe que el trabajo diario y dar todo en la cancha es una forma de corresponder ese amor por la casaca.

“Hay que entregar el amor día a día con trabajo. Entregándome al cien por ciento, matándome por el equipo, tratando de sacar los objetivos que se plantea la institución”, concluye.