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Niega Carlos Sosa que durante su administración IVD haya “becado” a deportistas fallecidos

Está dispuesto a comparecer para aclarar la situación que fue expuesta por el diario Reforma

Por Ángeles González Ceballos

El exdirector del Instituto Veracruzano del Deporte, Carlos Sosa Ahumanda, rechazó que en el año que fue titular del área dependiente del Estado se haya «becado» a deportistas fallecidos como lo afirmó el diario Reforma.

En entrevista, el exfuncionario afirmó contar con las pruebas para demostrar que es falso lo que señaló el periódico, por lo menos no, en el tiempo que estuvo al frente de la dependencia.

Comentó que al parecer las mismas personas que se encargaban de los procesos de becas siguen siendo parte de la administración estatal, pero en todo caso se dijo dispuesto a comparecer ante quien lo solicite para aclarar el tema.

“Tenemos los tres exdirectores de la administración anterior los listados elaborados por los directores, los responsables de becas, los subdirectores y el departamento de metodología de quienes eran las personas beneficiadas con el pago de una beca o un estímulo por sus logros deportivos y en ninguna de éstas, por lo menos en el periodo que a mí me corresponde de 2015 a 2016, viene el nombre de ninguna de las personas fallecidas”, afirmó.

Explicó que sí aparece la deportista Pilar Pérez en esas listas, pero ella falleció lamentablemente en octubre de 2016 cuando era deportista activa, pero para esa fecha él ya no era titular del IVD.

Recalcó que de marzo de 2015 a marzo de 2016 no existieron dichas transferencias o validaciones hacia nadie que estuviera muerto.

Sosa Ahumada expuso que el proceso para asignar las becas era el siguiente:

Participaban los deportistas en los eventos oficiales por CONADE, obtenían los resultados destacados, posteriormente las asociaciones deportistas entregaban una propuesta al Instituto que, con base en un reglamento interno vía presupuesto, se asignaban los montos a los deportistas.

El segundo paso era notificar a los deportistas de forma escrita por el Director de que eran merecedores de la beca, misma que había sido validada y revisada por el Comité que integraban el director general, el titular del área de Alto Rendimiento, la responsable de Becas y el responsable de Metodología.

El tercer paso era solicitarles documentos personales como actas de nacimiento, comprobante de domicilio, comprobante de estudios en el caso de quienes estuvieran estudiando para integrar los expedientes de todos los becados.

Dicho procedimiento se hacía cada año y cada año dichos expedientes quedaban a resguardo de la oficina de becas, estímulos y reconocimientos y estaban a la disposición de la Contraloría Interna para que a finales de año se hicieran las revisiones de los mismos.

“No creo o se me hace muy complicado creer que tantas personas hubiéramos pasado por alto sucesos tan lamentables como lo es perder la vida”, destacó.

El exfuncionario recalcó que al parecer las mismas personas responsables de la oficina de Becas en la pasada administración siguen trabajando para el actual Gobierno, quizá por su buen desempeño.

“Me preocupa este tema, pero además desde mi punto de vista es muy improbable, pero quiero decirte que es algo que afecta a las familias de los fallecidos. El gran beisbolista Ramón Arano Bravo fue mi amigo entrañable y dice el Reforma que se le seguía pagando aún después de su trágico fallecimiento. Hablé con sus hijos y ellos me externaron que en mi caso no existió ningún dolo, por el contrario, si alguien apreciaba y respetaba a Ramón era un servidor”, aclaró.

Hay que hacer referencia que el diario Reforma publicó que al menos cinco deportistas veracruzanos ya fallecidos cobraban becas en el Instituto Veracruzano del Deporte (IVD) durante la administración de Javier Duarte, de acuerdo con documentos de la Contraloría interna y Auditoría del primer año de revisión de 2015-2016.

El diario publicó que el exbeisbolista Ramón Arano; el exbasquetbolista en silla de ruedas, José Pérez Ñeco; Guillermo Carrillo, Arturo Bedolla y Pilar Pérez Domínguez, de varias disciplinas, percibieron becas de entre mil 500 y 3 mil pesos mensuales, aun ya fallecidos.

Arano y Ñeco murieron en el 2012 y 2014, respectivamente y recibieron estímulos tipificados en los documentos de Contraloría Interna y Auditoría como «becas deportivas» desde el 2004 y, los cobraron hasta inicios del 2017, según la publicación.

Las asociaciones dieron de baja a los deportistas fallecidos, pero continuaban activos financieramente en el IVD.