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Compra del San Luis irrita a Atleti

La visita a México de Miguel Ángel Gil Marín, el accionista mayoritario del Atlético de Madrid, ha causado malestar en parte de la...

MADRID, España, febrero 25 (EL UNIVERSAL).- La visita a México de Miguel Ángel Gil Marín, el accionista mayoritario del Atlético de Madrid, ha causado malestar en parte de la afición. Los accionistas críticos del equipo no comprenden los movimientos del club español para comprar el San Luis Potosí.

El Atlético de Madrid ha presentado en México la posible adquisición del club de San Luis como parte de su estrategia de expansión internacional. Sin embargo, en España los socios y accionistas del club apenas tienen información del proyecto.

Sólo saben que el 3 de marzo ha sido convocada una asamblea para aprobar la creación de una sociedad que comprará una participación en el club mexicano.

José Luis Sánchez Ayuso preside Señales de Humo, un grupo de accionistas minoritarios, pero muy activos en la vida del club, y expone sus críticas al proyecto: “Nos oponemos porque el Atlético no tiene por qué entrar en otros clubes en los que no tiene un interés deportivo.

Es un negocio opaco, en el que al Atlético le da permiso a una sociedad externa para que compre acciones del club mexicano. Las operaciones que hagan luego serán imposibles de auditar para los socios”, protesta.

El club español ya ha completado operaciones similares en India y Francia. En India es accionista en un consorcio que posee el Atlético de Kolkata, y en Francia compró el año pasado el 35 por ciento del Lens, de la Segunda División.

Por su parte, el diario español “AS” ha informado que el nuevo Atlético de San Luis será de tres socios: del Atlético de Madrid, Jacobo Payán [dueño actual de la franquicia] y Francisco Ávila; Atleti marcará la línea sobre la entidad mexicana.

Sánchez Ayuso critica que la opacidad de estos movimientos hace pensar que el San Luis sea una forma de facilitar los saltos entre clubes de jugadores cuya propiedad pertenece parcialmente a terceros.

La FIFA prohibió en 2015 la participación de estos terceros en los llamados TPO (Third party ownership). Se trata de fondos de inversiones que poseen una parte o el total de los derechos de un futbolista, y los venden de un club a otro para ganar dinero con los traspasos.

“Nosotros estamos aquí gracias al apoyo de los fondos de inversión”, llegó a decir: “Por ellos hemos duplicado los ingresos, jugamos diez finales y ganamos siete títulos”.

La adquisición del San Luis “puede ser una fórmula para salvar esa prohibición de los TPO. Es una situación esclavista”, denuncia Sánchez frente a las obras del estadio Wanda Metropolitano, al que los Colchoneros planean trasladarse la temporada que viene y que se termina gracias a un préstamo del Grupo Financiero Inbursa del empresario mexicano Carlos Slim, con quien Gil Marín también se reunió.

De este modo, en Señales de Humo no entienden que la compra de un equipo de la Segunda División de México mediante una sociedad interpuesta pueda ser otra cosa que una forma de facilitar triangulaciones y mover dinero.