- El Borussia Dortmund derrota al PSG y avanza a la Final de la Champions League
- Dio la sorpresa de la jornada al vencer al Proquiver en el futbol Premier de la FUV
- Halcones de Xalapa prepara su encuentro para enfrentar a las Rojas de Veracruz en la LNBP Femenil
- Antonio Lozano Pineda dejó se ser reconocido jurídicamente como presidente de la FMAA
- Colfraima y Predio de la Virgen alistan partido amistoso para rendir homenajes a sus leyendas
- Así fue como Checo Pérez ignoró a Donald Trump y brincó a su seguridad para poder pasar a la pista
- Liga MX: Estos son los antecedentes en cada enfrentamiento de Liguilla
- Liga MX: Así se jugará la Liguilla del Clausura 2024
- Concluyó el Abierto Don Justo de Xalapa con la coronación de Rodrigo Pacheco
- Reportan muerte del histórico César Luis Menotti a los 85 años
A trabajar… pero no le gusta el beis
- Escrito el:: 9 septiembre, 2017
Rodolfo Sánchez camina por el estacionamiento de la zona de los estadios, en la capital poblana.
PUEBLA, Pue., septiembre 9 (EL UNIVERSAL).- Rodolfo Sánchez camina por el estacionamiento de la zona de los estadios, en la capital poblana. Su mirada baila con las personas que se cruzan en varias direcciones. Al poner pausa a su andar, toma un cigarro y lo lleva a la boca para extinguirlo pronto.
Con pasos de viacrucis, se acerca al «Hermanos Serdán». Se juega el tercer encuentro de la final de la Liga Mexicana de Beisbol, entre los Toros de Tijuana y los Pericos de Puebla, pero poco sabe de strikes, pitchers, bats o cualquier elemento que no sea una pelota de futbol.
Menos de 300 metros lo separan del «Cuauhtémoc», donde juega su Cruz Azul, que visita a La Franja en la jornada 8 de la Liga MX.
Ahí le gustaría estar y seguramente ahí estaría si de niño no hubiera aprendido el valor de la responsabilidad que lo ata a trabajar.
«Tuve que venir a trabajar, aunque quisiera estar viendo al Cruz Azul. Me gusta el futbol, pero a mi familia le gusta que lleve dinero a casa. Ya tenía el compromiso con la gente que me da trabajo y no podía fallar», confiesa Rodolfo, vendedor de cerveza en el parque de beisbol.