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“Paco” Jémez y su experiencia positiva con jugadores mexicanos

Aunado al reto que significa, las pretensiones del club y el material humano a su disposición, hubo un factor que influyó para que Francisco...

CIUDAD DE MÉXICO, enero 3 (EL UNIVERSAL).- Aunado al reto que significa, las pretensiones del club y el material humano a su disposición, hubo un factor que influyó para que Francisco Jémez aceptara dirigir al Cruz Azul: la buena impresión que tiene del futbolista mexicano.

Durante su paso por España fue timonel de Nery Alberto Castillo —hoy sin equipo—, Javier Aquino (ambos con el Rayo Vallecano) y Guillermo Ochoa (Granada). Para todos, sólo hay agradecimiento.

“He tenido una relación fantástica con ellos. Son muy buenos profesionales”, comparte el director técnico de La Máquina.
“El jugador mexicano que sale a Europa, el de aquí también, pero el que va para allá, tiene un nivel espectacular. Todos son seleccionados, con un gran nivel, y por eso saltan a Europa” opina el técnico español.

“Sólo tengo palabras de agradecimiento para los que dirigí, siempre han estado para ayudar. Sea cual sea su situación personal, siempre han estado para sumar, apoyar, jugar, entrenar… Mi experiencia con ellos había sido extremadamente positiva, por eso vine aquí” explicó.

En el país se siente plenamente adaptado. A la gente, al excesivo tránsito, hasta al smog. De las pocas situaciones con las que todavía sufre es el picante.

“Soy de poco picante. Si le pregunto a un mexicano si algo pica, me dice que no, pero no para ellos, sí para mí. Ya tengo la grata costumbre de probar y, a partir de ahí, decidir”, relata, alegre. “En los buffets empecé a echarme cosas y tuve que dejar la mitad en el plato, porque soy incapaz de comérmelas.

La verdad es que soy de poco picante, no estoy acostumbrado, pero hay muchísimas cosas de la gastronomía mexicana que están muy ricas”.

Por lo pronto, sus favoritos son los tacos de carne asada. A esos no les hace el feo, pero claro, antes de hincarles el diente, se fija si no tiene chile.

Ahí el arrojado y valiente Jémez, sólo ahí se echa para atrás.