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Gignac vislumbra nueva dinastía atigrada en el futbol mexicano

El delantero francés no suelta el trofeo de campeón. Se aferra a éste, porque a los felinos del norte les costó una batalla heroica...

MONTERREY, NL., diciembre 27 (EL UNIVERSAL).- André-Pierre Gignac vislumbra a los Tigres como los dictadores del futbol mexicano por muchos años; quiere formar una dinastía de goles y títulos que enloquezcan Nuevo León.

El delantero francés no suelta el trofeo de campeón. Se aferra a éste, porque a los felinos del norte les costó una batalla heroica de 210 minutos y una tanda de penaltis. Gignac le toma gusto a la gloria.

“Es una gran institución. Queremos hacer lo mismo para el Clausura (2017). Que vengan más títulos para toda esta gente que nos apoya”, advierte el europeo, durante los festejos por la quinta estrella que logró la institución.

Material humano para lograrlo existe en Tigres, de acuerdo con André-Pierre. Agradece la confianza a “‘Tuca’ (Ricardo Ferretti), quien siempre me pone a jugar y cree en mí. Al ‘Inge’ (Alejandro Rodríguez, presidente del club), quien me trajo a este país y a este equipo”.

Desde su llegada a la Liga MX Gignac se ha convertido en ídolo y ha atrapado a la fanaticada del balompié nacional. Ha sido el pilar de Tigres en la conquista de dos títulos (Apertura 2015 y 2016). Ha disputado 73 partidos, en los que marcó 43 goles. En San Nicolás de los Garza, pronunciar Gignac es una promesa de éxitos.

“Estoy muy contento. Muy feliz. Ser campeón es lo mejor que puede pasarte, porque estar con esta gente… Que se repita todos los años”, menciona el galo.

A lo largo de la historia de la hoy llamada Liga MX han existido equipos que han marcado épocas, clubes que han sido recordados por los galardones conseguidos en pocos años y que desplegaron un futbol muy brillante.

Tigres busca emular a esos equipos. Tener una era memorable, como lo manifiesta Gignac y lo comparte el presidente del club.
“Ya tenemos cinco estrellas. Pero apenas conseguimos esta última. Vamos por las que siguen. Que sean seis o siete. Siete es un muy buen número, es el de la suerte. Ganar un campeonato con la pasión con la que nos movemos en esta institución es inmenso”, dice Rodríguez, el mandamás y genuino arquitecto del hoy club campeón.

“Cuando asumí a este equipo en 2010, les dije a todos que íbamos a regresar a la Liguilla, a pelear por los campeonatos, y así ha sido. Ya llevamos tres en esta administración (Aperturas 2011, 2015 y 2016)”, añade, con orgullo.

Rodríguez se congratula porque el quinto cetro de su equipo llegó frente a un club que consideran los medios de comunicación “grande”, como el América. Mas, contrariado, no sabe por qué a los Tigres no se les denomina con el mismo adjetivo que a las Águilas.

“Espero que ya nos puedan invitar al club de los grandes… O ¿hay que pagar para estar en ese círculo?”, cuestiona.
Mantenerse en los primeros planos del balompié nacional no es muy barato para los norteños. Tienen la nómina más cara de la Liga MX, con un costo apenas inferior a los 60 millones de dólares.

“Se lo merece la gente. Verlos celebrar es fenomenal. Estamos más orgullosos de este club. Vamos por más”, advierte el “Inge”.