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Éxito haría volver al país a grandes: Fausto Gutiérrez

El corcel puede demostrar que los entrenamientos en la altura funcionan

La última mañana de Fausto Gutiérrez en el Hipódromo de las Américas. Parece exagerado, pero pudiera ser el desempeño de Kukulkán en la carrera más rica de los Estados Unidos el que haga que grandes caballos vengan a México. Los entrenamientos de altura son comunes en atletas olímpicos, mas no en caballos de carrera y el Hipódromo de las Américas es de los más altos del mundo sobre el nivel del mar.
Varias publicaciones respetables como Horse Racing Nation, han hecho análisis sobre el posible desempeño de Kukulkán. Dicen que llegará entre 15 y 25 largos detrás del ganador. Él opina diferente: “Esos análisis son respetables, pero no consideran que Kukulkán aquí está haciendo un entrenamiento de altura. Es algo común en atletas olímpicos, pero no en caballos de carrera. He viajado desde hace 15 años a carreras del Caribe y quienes bajamos desde aquí, cerca de la carrera tenemos ventajas, ya que los caballos oxigenan mejor al correr a nivel del mar, por lo que creo que Kukulkán puede mejorar eso”.
Será la primera carrera del caballo contra otros mayores en edad y lo hará contra los mejores del mundo: “Kukulkán es un caballo fresco, conoce la pista, a diferencia de otros y no será el único cuatroañero. Hasta hoy, sus jockeys dicen que juega más que correr. Por eso creo que es tiempo de medirlo con oponentes fuertes, aunque nunca pensé que sería con éstos.

Tiene clase, es tiempo de ver cuánta. Clase mata velocidad. No saldrá adelante, sino detrás de los velocistas en la primera parte. Así ha corrido siempre. Saldrá a medio grupo y se le pedirá al final. Escogimos monta fuerte. Dettori vio videos del caballo, conversé con él y le interesó. Su desempeño es brutal con cerradores y así vamos a correr”.

Fausto se despide. Se va con un sueño de toda una hípica a la que puede salvar. Si le va bien a Kukulkán, no dude que caballos que no se ven aquí desde los años ‘40, cuando Santa Anita Park fue prisión de ciudadanos japoneses por la Segunda Guerra Mundial y sus caballos vinieron al Hipódromo de las Américas, vengan a hacer altura para pruebas importantes.

Ojalá suceda. Si no, vale decir que quien se atreve a presentar batalla, gane o pierda, merecerá siempre respeto.