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Chivas respira: 2-1 sobre Pumas con lleno en el Omnilife

La promoción hecha por el Rebaño rindió frutos, y con el estadio a su máxima expresión, le dieron la victoria 2-1 sobre los universitarios...

El Universal

Se abrazan como si hubieran ganado más que tres puntos. Probablemente así es. El triunfo sabe a vida. Atrás ha quedado el susto de un gol anulado en tiempo de compensación en medio de la polémica. Chivas levanta los brazos. Una victoria de oro, tras superar a Pumas por 2-1, en el Estadio Omnilife.

Cuando el descenso apremia, se necesita apoyo total. Unidad que fortalezca. No división que debilite. Por eso, la directiva de Chivas, a petición del plantel, ha lanzado la convocatoria. Un boleto a precio normal y el segundo a sólo un peso. La respuesta es buena. El Estadio Omnilife luce prácticamente lleno. Los únicos lugares vacíos son los que se quedaron en la reventa. La taquilla se ha vendido completa.

Así, el Guadalajara llega a su casa en medio de un marco que pocas veces se ve en este inmueble, inaugurado en 2010. Un mosaico en la tribuna oriente explica en buena medida el momento del Rebaño Sagrado. “Juntos vs. Todo”, se lee. La directiva ha hecho lo suyo. La afición también. Faltan los jugadores. De arranque, lo entienden.

El parado táctico de José Manuel de la Torre es idéntico que en la derrota de la primera fecha. Pero cambia nombres. El más importante, el arquero: Luis Ernesto Michel, después de mucho tiempo, recibe la titularidad, en lugar de José Antonio Rodríguez, presente en el once inicial de los últimos dos torneos. Además, Raúl López arranca en la lateral derecha, en lugar de Néstor Vidrio; Carlos Salcedo debuta como rojiblanco en la central y Carlos Salcido recorre a la izquierda, posición en la que inició su carrera.

La pelota es rojiblanca durante los primeros minutos. El primer aviso es de Marco Fabián, quien conecta un cabezazo, al minuto 14, que se va por un costado. El volante luce más participativo. Pide la redonda. Se compromete con el juego, algo que al final de su primera etapa con Chivas se le cuestionaba bastante.

Minuto 17. Es Marco Fabián quien, con la redonda en los pies, levanta la mirada. Decide rápido. Está lejos del arco. Alfredo Saldívar está ligeramente adelantado. El jugador del Guadalajara patea de pierna derecha. Al ángulo. El vuelo del arquero adorna una estampa por demás futbolera. Golazo, al ’17, que enciende la tribuna del Estadio Omnilife, repleta con 43 mil aficionados.

El Rebaño Sagrado vive, en cancha y tribuna, los mejores minutos que se le han visto en mucho tiempo. Al ’28, Ángel Reyna dispara con pierna derecha, a las manos de Saldívar. Y seis minutos más tarde es Jair Pereira, agregado al ataque en un tiro de esquina, quien gana el salto para cabecear por encima. Chivas es dueño del encuentro.

Cerca del final de la primera parte, Isaac Brizuela controla en las afueras del área. Su centro es templado al corazón del área. El intento de remate por parte de Omar Bravo no se concreta. Pero peina lo suficiente para que la redonda continúe su viaje hacia segundo poste, donde Ángel Reyna aparece sin marca. Mide y define como viene. Potente zurdazo. Estremece las redes, al ’40. Gol del Rebaño Sagrado.

Reyna celebra eufórico. Es apenas la primera anotación con el Guadalajara desde su llegada el torneo pasado. Y rompe también la sequía que cargaba desde el 21 de septiembre de 2013 cuando, jugando para Veracruz, le marcó al Atlas, de penalti. El Omnilife luce jubiloso como pocas veces. Aquí se juega el descenso. Parece que ya se entendió.

Pero en la segunda parte, Chivas se complica un partido que parecía yo sólo necesitar el trámite de 45 minutos. Pumas, un equipo gris durante el lapso inicial, tampoco ofrece demasiado en el complemento. Los dirigidos por el “Chepo” de la Torre dejan transcurrir los minutos, sin demasiado peligro en su arco, pero tampoco en el contrario. Sólo hasta el ’75, Omar Bravo conecta un disparo cruzado de derecha, que se va apenas por un costado.

Pero enseguida, dos pifias de Luis Ernesto Michel meten nerviosismo al Guadalajara. Primero, suelta una pelota que alcanza a ser punteada, pero Jair Pereira salva en la línea, al ’77 y cuatro minutos más tarde, el arquero rojiblanco falla en la salida a despejar un tiro de esquina, se pasa en banda y de nuevo su zaga le salva enviando a corner, pero del otro lado.

Precisamente de ahí, nace el servicio al área donde el silbante Roberto García Orozco determina una polémica falta que marca como penalti. Eduardo Herrera es quien se para frente al manchón. Cobra potente y con buena colocación. Supera el lance de Michel, que había adivinado el lado del cobro, pero no puede con la velocidad. Gol de Pumas, al ’83.

Nervios en el cierre del partido, a pesar de que la UNAM se queda con 10 hombres al ’87, cuando David Cabrera recibe su segunda amarilla tras una barrida en medio campo. Polémica para finalizar el encuentro. En tiempo de compensación. Un largo balonazo es alcanzado por Darío Verón, quien empuja la redonda con la cabeza a las redes. El asistente Marcos Quintero levanta la bandera. Se anula el empate por fuera de lugar y Chivas se salva.

Tras el silbatazo final, explota el Omnilife. Los jugadores rojiblancos se abrazan. Hay fiesta en la cancha del Guadalajara. Así se celebra cuando el descenso acecha. Y parece que el Rebaño Sagrado por fin lo entendió.