Al Calor Deportivo

Amago de veto del Azteca sigue vigente

CIUDAD DE MÉXICO, septiembre 6 (EL UNIVERSAL).- La guillotina sigue pendiendo sobre la cabeza de la Federación Mexicana de Futbol (FMF). De nueva cuenta los gritos de “Put…”, se presentarán en el estadio Azteca en cada despeje que haga el portero visitante, en el juego entre México y Honduras.
La campaña Abrazados por el Futbol, que ha tratado de concientizar a la gente para que evite realizar actos que sean tomados como discriminatorios por algunos grupos, no ha acabado de engancharse con el público y las posibilidades de una nueva sanción son más que inminentes.
La FMF ha sido multada ya en dos ocasiones por la misma causa. La primera por 360 mil pesos y la segunda por 65 mil.

Según el reglamento de sanciones, el siguiente paso sería el veto del estadio Azteca.
En la Federación esperan que así como han sido vigilados con lupa, la gente de la FIFA tome cartas en el asunto con todo lo que sucedió en la llegada del equipo mexicano al estadio Cuscatlán, sede del partido eliminatorio en contra de El Salvador, celebrado el pasado viernes.

El camión en que fue transportado el equipo tricolor fue golpeado por el público desde que entró al estacionamiento del Cuscatlán, y hasta un vidrio fue roto producto de proyectiles que fueron arrojados. La afición mexicana que llegó junto al autobús, también fue agredida.
Los jugadores y directivos cuando descendieron fueron empujados y en algunos casos hasta recibieron escupitajos de parte del público. La federación salvadoreña ya fue multada por incidentes de esta índole.

–Hay poca venta de boletos.
Se han vendido alrededor de 35 mil boletos para presenciar el juego entre México y Honduras. Las taquillas del estadio Azteca lucen vacías, y ni siquiera los revendedores han hecho su aparición, como ha sucedido en eventos anteriores. Se espera que este día, horas antes del juego, el público se haga notar. Las remodelaciones en el estadio Azteca continúan, mas los sitios de prensa no estarán listos para el juego contra los catrachos. Los trabajadores de la construcción laboran a marchas forzadas.