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Representante «rescata» jugadores

Román Rubio elige esta profesión para abogar por los peloteros que se sienten solos en las Grandes Ligas

El Universal

Ahí en San Luis Río Colorado, Sonora cuando Alfredo ‘Patón’ Aceves se quejaba del abandono en el que lo tenía su representante, a Román Rubio le surgió la inquietud de convertirse en agente de peloteros e impulsar al talento local, algo que él adoleció en su etapa como jugador de beisbol.

Año y medio atrás, Román junto con otros dos socios fundó la empresa Golden Glove Sports Management, que se encarga de velar por los intereses de los peloteros. En este lapso ha logrado representar a Alfredo Aceves, Javier Solano, pitchers sanluisinos que ahora pertenecen a los Giants de San Francisco, además de otros 14 jugadores que se encuentran en sucursales.

“Me di cuenta con Alfredo [Aceves], que su agente en los últimos años no lo representó muy bien, no le conseguía los contratos más lucrativos. Entonces me surgió la idea de ser representante. Tomé una maestría en negocios en la universidad estatal de Arizona y luego la licencia para ser representante. Empecé a tomar talento de la Rockie League y con el tiempo le pedí la oportunidad al ‘Patón’, comentó Rubio, quien jugó como jardinero central y pitcher en los Sun Devils de Arizona State.

En su etapa como colegial, Román perteneció a una generación que ahora tiene a dos hombres brillando en Grandes Ligas como el segunda base de los Red Sox de Boston, Dustin Pedroia; el jardinero de los Dodgers de Los Ángeles, Andre Ethier; y el jugador de cuadro de los Tigers de Detroit, Ian Kinsler. El tope deportivo para el mexicano llegó por una lesión y ahí decidió seguir en los estudios y olvidarse del beisbol profesional.

Dentro del mercado mexicano, Román Rubio sostiene que sólo el cubano Óscar Suárez y últimamente el David González, padre de Adrián González, tienen vínculos con peloteros en organizaciones de la Gran Carpa.

Para el agente mexicano el crecimiento de su empresa se debe a que los jugadores se sienten en el olvido de los representantes estadounidenses, que sólo logran la firma y se van.

“Mis jugadores quieren a alguien que abogue por ellos, no sentirse solos y eso es lo que hago, estar al tanto de cada uno de ellos. Tampoco me quiero llenar de peloteros ya que se pierde el servicio personalizado”, detalló.

Además de ser agente, Román Rubio se emplea como asesor financiero en Arizona, pero su verdadera meta en la vida es ayudar a la exportación de talento mexicano a los campos ligamayorista, tal como a él le hubiera gustado que lo impulsaran cuando destacaba en los diamantes de San Luis Río Colorado.