Al Calor Político




VISÍTANOS DESDE TU MÓVIL
Al Calor Deportivo

La cárcel le dio para noquear la difícil vida

A tres días de que Juan José Rivera debutara como boxeador profesional, vino el “tropezón”. Ese error en su vida que lo mandó a...

CIUDAD DE MÉXICO, noviembre 18 (EL UNIVERSAL).- A tres días de que Juan José Rivera debutara como boxeador profesional, vino el “tropezón”. Ese error en su vida que lo mandó a prisión por más de 11 años.

Pero Rivera se negó a que ese fuera el final del sueño boxístico.

“Desde que llegué al reclusorio [Oriente] empecé a boxear. Al otro día de haber pisado la cárcel, me desperté a correr a las cinco de la mañana. Yo traía el ritmo de boxear y no lo quería perder. Este deporte también me ayudó mucho para defenderme adentro”, relata Juan José para EL UNIVERSAL.

Rivera tenía 19 años cuando se vio envuelto en una riña de la que lo declararon culpable. Su condena fue de 15 años, pero su comportamiento ejemplar le ayudó a salir antes.
“Gracias al boxeo empecé a hacer muchos amigos. Al mismo tiempo me dio la seguridad de saberme defender. De poder caminar sin ningún problema. Con miedo, porque es lógico tenerlo dentro de prisión, pero con la seguridad de saber que tenía la capacidad de defenderme”, revive.
Juan tomó parte de 10 Torneos Guadalupanos, certamen anual que reúne a peleadores de diversos reclusorios. Se mantuvo invicto tal y como ingresó a su condena.

Su fama lo llevó a convertirse en el entrenador de los reclusos.
“Es la ley natural de todo deportista, el compartir tu conocimiento al que no sabe y quiere aprender. Me puse a dar clases que también me dio para sobrevivir en ese lugar”.

Al quedar libre, lo tenía claro. No importaba su edad, quería debutar como boxeador profesional.
“Es algo bien raro lo que pasó. Justo debuto el mismo día y el mismo mes que lo iba a hacer 12 años atrás. Mi primera pelea profesional iba a ser un 12 de septiembre de 2003. Finalmente fue un 12 de septiembre, pero de 2015. Mi mamá me dice que todos tenemos un destino marcado ya que a mí sólo se me pausó nada más. Fue raro, pero difícil”, comparte con emoción.

Rivera aún recuerda que el gimnasio en donde debutó se llenó de sus familiares y amigos. Todos coreaban su apodo de guerra. “‘Marciano’, ‘Marciano’”.
“Gané en mi debut y creo que se debe a que en la cárcel me enfrenté a gente con mucha rabia de estar encerrado. A lo mejor poca técnica, pero con todo el corazón. Eso hace que te acostumbres a enfrentarte a puro boxeador fuerte y duro”, destaca.

Ahora marcha con marca perfecta de 5-0 y con las metas más ambiciosas de todo profesional.
“La meta es la misma que tiene cualquier boxeador, llegar a ser campeón del mundo. Afortunadamente se está abriendo el camino y estoy demostrando que la edad no es factor.

Muchos me decían en el reclusorio que ya estaba viejo y grande para el boxeo profesional, y yo les contestaban que eso no era verdad y que un día me verían por televisión peleando. Siempre hay una oportunidad. No se acaba todo cuando uno entra ahí. Aquí están los resultados”, subraya.
Osvaldo “Chucky” Razón comparte una historia similar. Había ganado un cinturón nacional, latino y Fecombox, acababa de ir a pelear a China, cuando fue acusado de robo y por lo cual estuvo detenido tres años en el Centro de Readaptación Social (Cereso) Bordo.

En el boxeo encontró una manera de mantenerse en el Cereso, con clases que impartía a varios compañeros interesados en el pugilismo.

Tanto Razón como Rivera coincidieron en una función realizada en el Auditorio Blackberry el pasado 21 de octubre. Ese fue el regreso del “Chucky” después de una pausa de cuatro años.

“Fue un sentimiento grande el volver al ring. Fue una gran emoción desde que me estaban vendando las manos en los camerinos. Un sentimiento indescriptible”.

El Dato
11años y siete meses estuvo detenido Juan José Rivera en el Reclusorio Oriente. Finalmente debutó profesionalmente y marcha 5-0