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El ‘Gallo’ Estrada venció al ‘Chocolatito’ González y es doble campeón mundial supermosca

Juan Estrada se convirtió en doble campeón supermosca, avalado por el CMB y la AMB, al vencer por decisión dividida al nicaragüense, en un...

Juan Francisco El ‘Gallo’ Estrada cumplió su promesa y tomó revancha de la afrenta subida hace ochos años por parte de Román ‘Chocolatito’ González, y aunque no pudo noquearlo, se convirtió en doble campeón supermosca, avalado por el CMB y la AMB, al vencer por decisión dividida (115-113, 117-111 y 115-113) al nicaragüense, en un combate digno de las mejores veladas.

Si hay algo asegurado cada que se encuentran Estrada y González sobre el ring, es un avalancha de golpes, entre los dos metieron más 2 mil 500 golpes. «Me sentí muy bien, pero Román es un gran peleador y se merece una tercera pelea», aceptó el ganador.

La de este sábado era una revancha con un escenario distinto: No solo de ciudad, la primera en Los Ángeles, esta vez en Dallas. Pero a diferencia de hace ocho años, Estrada, el mexicano, llegaba también como campeón, dispuesto a quitarse aquella afrenta sufrida en sus primeros años como pugilista.

González, el nicaragüense, parecía no tan sólido como entonces, pero conservaba el poder de los puños listo para dejar en claro su superioridad.

El ‘Gallo’ saltó al primer round dispuesto a sorprender, su meta previo a la batalla era noquear y aunque no se acercó a eso, puso claro que era un rival serio.

Pero su agresividad despertó al monstruo que lo venció en el pasado, quien soltó los brazos con combinaciones largas. Desde ese momento, el combate levantó a los aficionados de sus butacas, marcando las tarjetas en un tremendo vaivén que no daba favorito.

El centro del ring estaba habitado por dos guerreros que no retrocedían, un ‘toma y daca’ sin tregua, con una condición física que rebasado el séptimo round no mermaba en ninguno.

González siempre hacia el frente, Estrada, a veces sigiloso, pero sin dejar de tirar golpes, la riña se hacia vieja y el mínimo descuido podría costarles caro, lo sabían y arriesgaban pero con la seguridad impuesta en cada golpe.

El ‘Chocolatito‘ y su derecha punzante que inflamó el párpado izquierdo del sonorense; éste, con derechas constantes en forma de contragolpe, nadie cedía, nadie estaba seguro del triunfo y estaban listos para echar el resto.

Así, como dos máquinas de tirar golpes y con la condición física suficiente para aceptar castigo, llegaron hasta el clímax de la contienda. «Por la familia», le gritaron a El ‘Chocolatito’ en su esquina, y por ella estuvo cerca de mandar a la lona a El ‘Gallo’, pero el mexicano, por el orgullo, se mantuvo de pie hasta la campana final.