Al Calor Deportivo

Campuzano apunta a la cima

CIUDAD DE MÉXICO, agosto 9 (EL UNIVERSAL).- Convencida de que ser la abanderada mexicana en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro es un triunfo en su carrera como ciclista de montaña, Daniela Campuzano sabe que cuando empiece a pedalear en las veredas brasileñas cumplirá un sueño de verano por el que ha trabajado toda su vida.

Abajo de la bicicleta luce como una chica tranquila pero al pedalear se transforma en una guerrera sin límites. “Nací en el Distrito Federal pero muy pronto nos mudamos a Tulancingo, Hidalgo, donde he vivido la mayor parte de mi vida. Ahí me gradué en Biología en la Universidad Autónoma de Pachuca, siempre rodeada del deporte, mis papás siempre me motivaron a hacerlo, comencé con la natación junto con mis hermanas y después en los triatlones durante varios años”.
Tiempo después su padre le descubrió la bicicleta de montaña: “Nunca creí que fuera a convertirse en mi pasión, porque al principio me asustaba competir. Siempre fui a las competencias sin esperar grandes resultados, sólo pasar un buen rato en compañía de mis amigos, en realidad a la que le gustaba competir era a mi hermana Andrea”.

El Extreme de Hidalgo en 2004 marcó su futuro, “me di cuenta que en verdad me gustaban las competencias, y que si quería sentirme bien y disfrutarlo necesitaba entrenar. Cuando no estoy compitiendo en bici de montaña me gusta participar en carreras de aventura y Xterra”.

Un año después, atacó la categoría femenil élite bajo los consejos del entrenador Rosendo Ramos, “entonces tuve la oportunidad de ser parte del equipo italiano L’Arcobaleno Carraro Team, fue una etapa vital en la que se fue forjando mi carrera”.
Casi dos décadas ya de recorrer sobre su bicicleta la vida, “he sido muy afortunada de contar con el apoyo de numerosos equipos, patrocinadores e instituciones del deporte, pero sobre todo de amigos que me han motivado y apoyado para continuar hasta conseguir la meta de ir a Río de Janeiro 2016”.
-Sin presión.
Después de ganar el nacional de ciclismo de Querétaro, Campuzano vive contenta las horas previas a la competencia en Brasil, “lista para que empiece este sueño, para disfrutarlo y compartir con mi familia y toda la gente que me rodea”.
Portar la bandera mexicana es un orgullo incomparable, “sobre todo una motivación porque se conozca mi deporte y se den cuenta lo mucho que nos ha costado a los ciclistas de montaña llegar hasta aquí, para que en el futuro haya más apoyo y oportunidades”.
Es una gran oportunidad de ser ejemplo para dar lo mejor de cada quien. “Como todos los atletas voy a dar lo mejor por México y por mi deporte. Es una ruta muy técnica con zonas de piedra y saltos con una subida de tres minutos. Le dedico la competencia a mi esposo y entrenador Octavio Cetto”.
-En pareja.
Como una ventaja, así observa Daniela contar con su esposo como apoyo moral y profesional en los entrenamientos, él fue campeón nacional de la especialidad y sabe de qué se trata.
“Lo que pasa en la casa allá se queda y lo que sucede en la pista allí mismo se resuelve, por eso es que nos gusta estar casi siempre juntos, porque lejos de que se haga monótono o algo no llevadero, es lo que nos mantiene unidos y trabajando, más ahora que quiero terminar bien en Juegos Olímpicos”, valora.
La confianza entre ambos rompe cualquier obstáculo: “A veces me dice que ya terminamos porque me ve cansada o ya cumplimos la sesión y le respondo que seguiré, porque me siento muy bien o estoy metida de lleno y lo que menos quiero es descansar. Hasta eso nos sirve para estar bien”.

*NUMERALIA

10 AÑOS
Acumula sobre sus piernas como ciclista profesional.

60 MIL
Pesos costó su bicicleta, que fue costeada por su familia.