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Sí, es muy parejo, pero…

El Universal/ Javier Alcarcón La Liga MX se ha puesto más interesante y pareja, a falta de siete partidos. Con dos encuentros consecutivos de...

El Universal/ Javier Alcarcón

La Liga MX se ha puesto más interesante y pareja, a falta de siete partidos. Con dos encuentros consecutivos de victoria o derrota, los equipos se agolpan en un mismo bloque. Ahora resulta que Chivas y Pumas han resucitado de entre los muertos.

Es un campeonato impronosticable, los niveles de calidad, y también de irregularidad, hacen partidos muy parejos.

América no termina de estabilizarse, Cruz Azul sigue con muchas dudas, los punteros Tijuana y Veracruz tienen un potencial grande, pero es probable que uno u otro, o los dos, terminen por sucumbir en la Liguilla ante planteles con mayor conocimiento para manejarse en la instancia crucial.

Puebla vuelve a jalar poco aire en el tema del cociente, cuando hace un par de semanas hacía un futbol pleno. La Universidad de Guadalajara liga dos victorias y no sabe si mirar hacia arriba o abajo en la tabla. Cosa de locos, este vaivén de cada semana que impide hacer diagnósticos sobre el funcionamiento de los equipos que no caduquen a la semana.

Los que tienen las riendas del negocio/espectáculo, deben estar contentos, porque esto se pone divertido, lleno de sorpresas e igualdad. Arriba y abajo, parece que las cosas se van a definir hasta el final.

Pero lo que nos ocupaba de origen, más allá de esta fugaz y general revisión de cosas, era tratar de entender las razones de esa aproximación de calidad futbolística que se da, cuando en realidad, los presupuestos de unos y otros, la calidad y las condiciones de juego son tan diferentes en dependencia de cada ciudad y equipo.

Lo he preguntado por años y técnicos, jugadores y directivos, divagan con la precisión de las respuestas al particular.

Es más, no sólo no son complementarias sus respuestas, sino que se contradicen. Gran mundo de diferencia, por ejemplo, jugar en Toluca a las 12 en verano con altitud y pasto natural, que jugar en Tijuana con aquel pasto artificial, por la noche y al nivel del mar.

Pero resulta que todo se iguala. Es el conformismo de los que no tienen presión, o la desesperación de los condenados, pero sigo sin entender, por ejemplo, como la UdeG le pegó al América en el Azteca. ¡Qué alguien me explique! El cierre va a ser de locura. En la Liga MX no existen las clases sociales. Burgueses y plebeyos aspiran por igual a tomar la corona.

Twitter: @Javier_Alarcon_