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En la gran final del balompié mexicano “el hilo terminó rompiéndose por lo más Delgadillo”.

El Universal/ Eduardo Brizio

En la gran final del balompié mexicano “el hilo terminó rompiéndose por lo más Delgadillo”. El silbante Paul Delgadillo demostró que nunca ha sido, ni será, un árbitro estelar. Echó a perder el partido, le empañó el legítimo triunfo a los de Coapa y volvió a poner de manifiesto, la grave crisis que viven los jueces mexicanos.

Aunque el América ya iba arriba en el marcador global 2 por uno, en mi opinión, la expulsión de Burbano no reúne los 4 criterios necesarios para enviarlo a las regaderas por malograr una clara y manifiesta oportunidad de gol.

Me explico. Por principio de cuentas se requiere que exista la falta, que fue clara. Luego, la regla señala 4 condiciones “sine qua non” para mostrar la tarjeta roja, las cuales, para hacerlas más didácticas, las he bautizado como “las 4 P”: 1) Rumbo a la portería 2) Pelota controlada o con posibilidades de hacerlo 3) Posición de los adversarios favorable y 4) Proximidad al arco rival. Me parece que la acción en cuestión cumple cabalmente con las tres primeras “P”; sin embargo, con la cuarta no, en virtud de que, la infracción ocurrió todavía (en mi opinión) muy lejos de la portería de Nahuel.

Luego, manda a bañarse temprano a la ‘Chilindrina’ Álvarez, en forma rigorista, dejando a los Tigres con 9 hombres.

La regla le otorga tanto poder al árbitro, que debe tener la conciencia de ser magnánimo y un moderador de pasiones.

Después “bota” al arquero Nahuel, por doble amarilla. Había fuera de juego de M. Arroyo, no lo señala con oportunidad, el portero felino sale y golpea al delantero aguilucho. Si Delgadillo hubiese señalado la posición adelantada con atingencia, nada hubiese ocurrido. Él provoca la expulsión, señala tarde y lo termina expulsando por doble amarilla, cuando en el último de los casos, era roja directa.

Para acabarla de amolar, cuando cae el tercer gol americanista, expulsa al ‘Quick’ Mendoza, quien tal vez se burló de un rival y eso solamente amerita el cartón preventivo. En cambio, fue Dueñas, que ya estando amonestado, el que en dos ocasiones le puso un manotazo en pleno rosto al ‘Quick’, sin que Delgadillo se atreviera a expulsar al cuarto felino.

Dicen que Paul Delgadillo es un árbitro con mucha experiencia. Yo pregunto ¿De qué le sirve tanta experiencia? si a la hora de la verdad no la pone… al servicio del futbol.