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Aficionados rinden homenaje a Cruyff en el barrio donde creció

El barrio de Betondorp ha recibido a centenares de holandeses; flores, balones y bufandas son parte del colorido

El Universal

El barrio de Betondorp ha sido en las últimas 24 horas un lugar de peregrinación para centenares de holandeses que se han acercado a la casa donde Johan Cruyff creció para rendirle homenaje con flores, balones de fútbol y bufandas del Ajax y del Barcelona.

Las ofrendas comenzaron el jueves, a las pocas horas de saberse la noticia de que el maestro del futbol había fallecido.

Varias personas depositaron algunas flores y dedicatorias. En Akkenstraat 32 vivió Johan Cruyff, Johnnie para los vecinos, hasta que cumplió 12 años.

Allí también tuvo su padre una tienda de verduras en los años 50.

Ee mismo lugar volvió a ser hoy en un punto de peregrinación para centenares de holandeses.

Por la tarde los ramos ocupaban toda la acera y entre las flores dominaban las rosas rojas y blancas, colores del Ajax, y los tulipanes naranjas, distintivo nacional de Holanda.

La lluvia fina que caía por momentos parecía acompañar el estado de ánimo de los presentes, que miraban en silencio cómo, cada pocos minutos, alguien se acercaba a depositar un nuevo ramo, o una bufanda, o un balón de futbol.

Entre estos objetos también hubo chupa-chups, producto que empezó a utilizar Cruyff en 1991.

Ese año, el entonces entrenador del Barcelona tuvo que ser operado y los médicos le prohibieron terminantemente el tabaco.
Cruyff encontró en ese caramelo un sustituto al cigarrillo y se dejó ver con él por los banquillos de medio mundo.

Entre los peregrinos hubo muchos progenitores que se acercaron con sus hijos pequeños.

Uno de ellos fue Michael Boerop, que dejó unos tulipanes mientras de su cuello colgaba una bufanda del Ajax.

«Cuando era pequeño mi padre me mostraba fotos de Pelé o Maradona y me explicaba con pasión cómo jugaban. Cuando mi hijo crezca le enseñaré vídeos de Cruyff, él mismo podrá ver con sus propios ojos cómo se movía», dijo a Efe.

Precisamente una cita de Cruyff dedicada a los niños cuelga de las ventanas de Akkenstraat 32 e invita a ser leída por todos los que pasan a su lado: «Jugar al aire libre debería ser una asignatura en la escuela».

Se trata de una promoción de Patio 14, una iniciativa de su propia fundación que promueve los valores del deporte de equipo en los colegios.

Otro padre, Elco Schaufeli, dejaba que sus dos hijos depositaran el ramo que había comprado para la ocasión.

«Quiero que vivan este momento, para nosotros Johan era un héroe nacional. Nadie va a recordar a nuestros políticos, pero todos recordaremos una figura que era, es y será reconocida en todo el mundo», señaló.

Las banderas del Amsterdam Arena ondean hoy a media asta.

La proposición de cambiar el nombre del estadio del Ajax por el de «Estadio Johan Cruyff» no encontró ninguna opinión en contra entre los peregrinos de Akkenstraat.

«Se lo merece, espero que el club acceda», comentó Schaufeli.

Durante la tarde, los momentos de silencio se mezclaron con pequeñas charlas entre vecinos que, sin conocerse, comentaban recuerdos que compartían y que tenían a Cruyff como protagonista.

Uno de los más mencionados fue la Copa del Mundo de 1974, cuando con Cruyff como capitán Holanda llegó a jugar la final contra Alemania, la cual perdió 2-1.

«Teníamos que haber ganado ese partido», se lamentaban los más mayores.

Mientras las conversaciones en voz baja se sucedían, decenas de postales colocadas en el suelo desafiaban al viento y rezumaban, sobre todo, cariño y agradecimiento.

«Gracias por la belleza que nos diste» y «Nunca te olvidaremos» son solo dos de ellas, aunque hay otra que define en pocas palabras el legado de Cruyff para la historia: «Hiciste del fútbol un arte».