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Pidió a Dios ser un héroe

El panameño Rubén Rivera, a sus 41 años, ha sido clave en juegos de Diablos

El Universal

El celular de Rubén Rivera se mantenía sin recibir alguna llamada de trabajo hasta que el gerente general de los Diablos Rojos del México, Roberto Mansur, lo telefoneó para conocer su disposición de enlistarse con la novena escarlata. La invitación no estaba acompañada de un contrato garantizado, pues primero quería conocer la forma física del pelotero de 41 años de edad.

Durante la pretemporada en Mazatlán, Rivera llenó el ojo de Mansur y el manager Miguel Ojeda, quienes confiaron en él para ser parte de los elementos de experiencia de la novena. Así, el panameño debutó y conforme ha avanzado la temporada su madero se ha ido calentando al punto que en la serie pasada contra los Pericos de Puebla, el outfielder se convirtió en el hombre clave al conectar un par de cuadrangulares que dieron el triunfo.

“Me siento contento con el equipo, le doy gracias a la organización por la oportunidad de pertenecer a un equipo tan importante como Diablos. Me gustó que me tomaran en cuenta, ya que hay varios factores dentro del equipo como la juventud de varios peloteros”, sostuvo Rivera.

Sobre su desempeño en los encuentros de principio de semana, el panameño subrayó que ante un inicio lento, le pidió a Dios vestirse de héroe para poder ayudar al conjunto capitalino en su lucha por el bicampeonato de Liga Mexicana de Beisbol.

“Fue difícil ganarme un lugar, hay jóvenes con talento. Yo siempre he tratado de aportar, en los últimos juegos estaba muy presionado por colaborar, quería hacer de más y no se me daba nada. Se lo pedí a Dios, dije, ‘nunca me ha tocado ponerme la playera de héroe desde que llegué, dame la oportunidad’ y me lo cumplió”, comentó el jardinero, que en su andar por la pelota veraniega de nuestro país acumula más de 200 cuadrangulares.

Rivera externó que el apoyo de sus compañeros fue fundamental para salir del bache en el que estaba.

“Mis compañeros me apoyaron, me dijeron que hiciera mi swing tranquilo y con mi fuerza la pelota iba a salir solita del parque. ‘Mira la bola y golpea hacia afuera’, me recomendaron y bueno, se dio, pero sin duda que las semanas pasadas fueron difíciles para mí”.

En el último juego en Veracruz [17 de abril], comencé a sacudirme la presión. Aquí en la ciudad de México no había tenido la dicha de dar un buen turno. Los cuadrangulares me relajan un poco y confío en que los demás encuentros serán buenos para mí”.

Actualmente Rubén Rivera acumula cuatro vuelacercas, con 14 carreras impulsadas, levantando su promedio de bateo a .279. Sin embargo, el centroamericano quiere explotar su madero y acercarse a los números de 2009 y 2011, cuando vistiendo la franela de los Piratas de Campeche acumuló campañas con 32 y 31 palos de vuelta entera, respectivamente, y 90 carreras impulsadas.